Originario de la región mediterránea de Europa, el cultivo del repollo siempre se ha adaptado al clima templado, muy diferente del tropical, circunstancia por la que su cultivo se limitara al periodo invernal.
En ese sentido, y para posibilitar la producción de repollo en otras épocas del año y en diferentes regiones de Sudamérica, se hizo necesario llevar a cabo un proceso de tropicalización de este cultivo, que trajo consigo varios desafíos. Entre ellos, la adaptación de los híbridos a las altas temperaturas y a la humedad, lo que exige una mayor resistencia al espigado temprano y al rajado, además de tolerancia a plagas y enfermedades, especialmente bacterianas, como la Xanthomonas.
Pero gracias a un intenso trabajo de mejora genética, las variedades se han ido adaptando gradualmente al clima brasileño. Según Talita Scholl, gerente de Productos de Sakata, la empresa ha desempeñado un papel muy importante en el desarrollo de nuevos híbridos a lo largo de los años. «Con gran inversión y conocimiento técnico en mejora genética convencional, la empresa incorporó diversas características a los cultivares para que los híbridos se adaptaran cada vez más a las condiciones de cultivo tropicales, como tolerancia al calor, resistencia a las principales enfermedades y rusticidad de la planta», explica.
Asimismo, Talita añade que «en el pasado, la investigación para el desarrollo de nuevos híbridos genéticamente superiores se llevaba a cabo únicamente en función de lo que necesitaban los productores, como la adaptación a las condiciones tropicales, el aumento de la productividad, la mayor resistencia a los patógenos y la rusticidad. Hoy en día, ya no basta solo con el desarrollo de híbridos superiores en relación con estas características (puertas adentro). Ahora también es necesario mantener esta calidad para que las plantas lleguen al consumidor final con las mejores propiedades organolépticas posibles, además de diversificar esta cultura en diferentes segmentos o tipos.
De este modo, Sakata ha ampliado el alcance de su trabajo para desarrollar variedades más eficientes e innovadoras, no únicamente desde el punto de vista del cultivo, sino también en lo que respecta al transporte, la comercialización y el consumo. La empresa viene lanzando al mercado híbridos de repollo que presentan atributos diferenciadores como brillo, color más atractivo, mayor calidad nutricional y más crujiente y sabroso, así como mayor durabilidad poscosecha y adaptación al procesado, condición que exige hojas que se rajen menos y sean más tolerantes a la oxidación.
La creación de un nuevo híbrido de repollo requiere mucho tiempo y varios pasos. Desde la investigación hasta la disponibilidad comercial de una nueva variedad, el tiempo estimado es de al menos 10 años. La gerente revela además que, antes del lanzamiento comercial, otro paso necesario que hay que validar es la producción de semillas. «Para entregar una semilla de alto estándar, con alta germinación, vigor, pureza física y genética, libre de patógenos y de semillas de malas hierbas, es necesario un riguroso control de calidad, que incluye desde la producción en el campo hasta el envasado comercial del producto, pasando por la cosecha, el transporte, el procesado, los tratamientos y el envasado», enumera Talita.
Por último, cabe destacar que Sakata cuenta con más de 50 años de experiencia en la producción de semillas de brásicas, con un alto control en los procesos de producción y seguimiento de la calidad física, genética y sanitaria. Las brásicas del Grupo Sakata se producen en diferentes lugares, pero preferentemente en las unidades de la empresa en Chile y Estados Unidos, desde donde se exportan a todo el mundo. Estos dos países son reconocidos por su calidad en el desarrollo de semillas de brásicas, ya que cuentan con condiciones climáticas ideales y estrictos controles en el cumplimiento de las normas de aislamiento genético y manejo fitosanitario.